Os voy a explicar un pedacito de un par de sesiones que realicé, hace unos días, con Irene. Me quedé entusiasmada con lo que me explicó, porque pone de manifiesto que equilibrar tu peso tiene mucho que ver con un camino en que vas avanzando paso a paso liberándote de cargas que tu de manera transigente sostenías, mientras vas fortaleciéndote, te cuidas y desarrollas tu capacidad de poner límites.
Esta semana tengo algunas reuniones con gente y no sé como afrontarlo sin comer más de la cuenta
Irene está sentada en la consulta, está un poco agitada, me dice que no sabe como poder hacer bien el tema de comer saludablemente la próxima semana porque tiene una reunión con los del trabajo, una comida con salida nocturna con unas amigas, y una fiesta familiar en casa de su prima.
Mis indicaciones es que recuerde que si elige realizar esas salidas es para divertirse y pasarlo bien, que nadie la está obligando a ir. «-No estás haciendo una dieta – le digo -, ya sabes que no funcionan, estás en un proceso de cambio de hábitos hacia un estilo de vida saludable que evidentemente no cercena tu vida social. Tu puedes realizar estás reuniones de manera que te acerquen a tu objetivo de adelgazar disfrutando.
Fuimos deshaciendo la madeja. Le insté a que preguntara que tipo de comidas iban a ofrecerle, y es que a veces nos preocupamos antes de tiempo y luego todo es miel sobre hojuelas. Muchas de las veces que salimos a comer fuera hay opciones saludables en el menú, y si no, muchas otras veces podemos pedir un pequeño cambio en él, y así de paso vamos desarrollando nuestra capacidad de marcar nuestros límites y cuidarnos.
Las claves para pasar la semana también englobaban:
- Las fiestas, las reuniones son para conocernos un poco más, para relacionarnos. Permitirte disfrutar de la velada y entablar conversación con la persona que tienes al lado suele enriquecernos, y de esta manera la comida pasa a un segundo plano.
- Si surgiese hambre emocional, haz respiraciones profundas, mientras prácticas la atención plena (mindfulness), y atrévete a escuchar tu voz interior en vez de amordazarla con comida. Esta osadía puede mejorar notablemente la calidad de tu Vida.
- Disfruta de la comida, y escoge alternativas saludables y placenteras. Si clickas en el siguiente artículo encontrarás este tema ampliado: Por qué el Placer me ayuda a adelgazar.
Me escuché, me hice caso y lo bien que me sentó
Pasó la controvertida semana y estos fueron los resultados:
En el primer caso, en la comida con los del trabajo, preguntó el menú previsto a la persona que organizaba el evento, y entonces de manera satisfactoria dijo que iba a pedir unas verduras a la brasa y un pescado a la plancha. Un menú que a ella le era agradable, placentero y estaba dentro de sus bases de alimentación saludable, lo cual la relajaba. El único cambio que hizo fue el de pedir el pescado acompañado de ensalada, en vez de patatas fritas.
En el segundo caso, también pudo comer combinando adecuadamente los alimentos, cosa que en su caso le ayudaba a no sobrecargar su organismo, mejoraba su digestión y perdía peso. Como extra que le apetecía bastante, se permitió tomar una copita de vino con sus amigas. Charló y rió con ellas. Luego fueron a bailar. Otra agradable velada.
Luego vino la comida familiar. Y me dijo textualmente: «-Me dirigí a casa de mi prima que era quién organizaba la comida, yo y mi prima nos llevamos bien, pero con el resto hay demasiado roce. El caso, es que yo me iba para allí pensando en como iba a «aguantar» durante toda la comida sin comer ni beber en exceso rodeada por estos familiares con los que no me acabo de sentir a gusto, a los cuales ella llamaba «tiburones». Lo curioso – me decía toda sonriente – es que realicé unas cuantas respiraciones profundas, me escuché, me hice caso y lo bien que me sentó. Me dí cuenta de que no quería ir, y de que usaba la comida para amortiguar el malestar que me producía acudir a esa comida. Llegué a casa de mi prima, le expliqué a ella con sinceridad los motivos por los que no me quería quedar. Tomé un par de canapés, hice acto de presencia entre los tiburones, dije que tenía que irme, y me fui con mi marido a comer a un restaurante cerca de la costa y luego fuimos a ver el Mar. Además mi prima me llamó esa misma noche y me comentó que se había dado cuenta de que invertir tanto esfuerzo y preparar tanta comida para tiburones -muchos de ellos familiares con los que tenía escasísimo contacto- era un poco absurdo, y que de ahora en adelante, invitaría a quién realmente quisiera.
Después de esa semana de celebraciones Irene pesaba 900 gramos menos y se sentía radiante y poderosa.
«¿Qué es la libertad? La libertad no es la ausencia de compromisos, es dejar de hacer lo que uno no quiere.» Paulo Coelho
Gracias por leerme,
2 respuestas
Qué identificada me he sentido!!! :’
Gracias por sacar a la luz estas situaciones incómodas y darnos recursos para gestionarlas. Leer sobre ello hace que sea más fácil integrar y dejar ir ese desasosiego de querer agradar a todos y no escuchar a nuestra vocecita.
Mentxu gracias sinceras!!! :*
Gracias a ti Ester,
Un fuerte abrazo,