El toque especial de esta crema de calabacín radica en la utilización de semillas de cáñamo molido. El cáñamo es un superalimento que podemos espolvorear triturado en ensaladas, sopas, cremas de verduras, verduras al vapor, zumos, batidos verdes,…
¿Que mejor que una crema de verduras que te ayuda a depurar tu organismo mientras lo nutre?
Propiedades de las semillas de cáñamo
Nos aportan ácidos grasos esenciales omega 3 y omega 6 en la proporción más adecuada para nuestro cuerpo (3:1)
Un 33% de su contenido es proteína de fácil asimilación y digestión. Contiene todos los aminoácidos esenciales.
A nivel nutricional se distingue por su contenido en hierro, magnesio, fósforo, calcio y manganeso, vitaminas B1,B2, B6, E, Carotenos, Clorofila y GLA (ácido Gamma Linoléico)
Contiene antioxidantes, ayuda a potenciar el sistema inmunológico, también tiene cualidades antiinflamatorias.
Recomendado en caso de padecer artritis, piel y cabello seco, presión arterial elevada.
Ayuda a reducir el colesterol y mejora la salud cardiovascular.
Son saciantes y nutritivas por lo que te las recomiendo para alegrar tus platos mientras gozas de una alimentación equilibrada que te ayudará a adelgazar con salud.
«En los viejos tiempos, los campesinos tomaban mantequilla de cáñamo. Mostraban una mayor resistencia a las enfermedades que la nobleza. Las clases nobles nunca hubieran tomado cáñamo justamente porque era un alimento de los pobres.» – R. Hamilton (Dr.) Investigador Médico-Bioquímico Emérito de la UCLA.
Ingredientes de la crema de calabacín con cáñamo
(4 raciones)
- 2 Cebollas grandes
- 1 puerro grande
- 3 calabacines
- Alga kombu
- 1 cucharada sopera de miso blanco
- Aceite de oliva virgen extra
Elaboración:
- Sofreímos las cebollas en un poquito de aceite de oliva, añadimos el puerro cortado en rodajas, y un trozo de alga kombu de un cm aproximadamente.
- A continuación lavamos los calabacines, preferentemente de cultivo orgánico para evitar pesticidas, y sin lavar los cortamos en rodajas gruesas. Rehogamos con el puerro y la cebolla. Agregamos 700ml de agua caliente. Llevamos a ebullición y dejamos cocer durante 17 minutos. Pasado ese tiempo apagamos el fuego, tapamos, y reservamos.
- Cuando haya perdido la temperatura pero aún este caliente añadimos el miso blanco (utiliza mejor miso no pasteurizado para aprovechar las enzimas beneficiosas que contiene), el miso es un potente limpiador del organismo que ayuda a a arrastrar restos de metales pesados que nuestro organismo no necesita.
- Trituramos hasta conseguir la consistencia deseada y servimos.
- Una vez en el plato o bol añadimos una cucharada sopera de cáñamo molido.
¡Qué aproveche!
Mentxu da Vinci
Naturópata, Coach para Adelgazar y Aprendiz de cocinera