El mijo es un cereal de sabor delicado y suave. Su contenido en hidratos de carbono complejos, cuya absorción por el organismo es más lenta que en el caso de los hidratos de carbono simples, lo convierte en una buena opción para las personas con diabetes. Además, es rico en vitaminas del grupo B, por lo que es recomendable en casos de ansiedad y estrés ya que inducen estados de relajación y restauran nuestro sistema nervioso. También presenta hierro y por ello está indicado en casos de anemia. Contiene fósforo y magnesio que mejoran los estados de cansancio o fatiga, la fibromialgia o las rampas musculares, y nos ayudan a aumentar la memoria. Gracias al zinc y al selenio, este grano en forma de pequeñas bolitas presenta propiedades antioxidantes y mejora nuestro sistema inmunológico.
Por otro lado, es rico en fibra, es fácilmente digerible y asimilable y está indicado para potenciar el estómago, el bazo, y el páncreas. También ayuda a fortalecer las uñas, el cabello, los dientes y la piel y es recomendable consumirlo durante el embarazo. Y, como no contiene gluten, es apto para celíacos.
Atención: En caso de padecer alguna enfermedad de la tiroides no se ha de consumir en grandes cantidades ya que contiene un leve inhibidor de la peroxidasa tiroidal.
Cocción básica del mijo
- Lavamos el mijo con un colador fino en el fregadero.
- Lo ponemos a cocer en la siguiente proporción: 1 parte de mijo por 2 ó 3 de agua, dependiendo del tamaño del grano. También podemos utilizar caldo vegetal en lugar de agua para la cocción.
- Lo dejamos hervir a fuego suave durante 20 minutos.
- Para obtener un aroma más intenso podemos tostar el grano un poco después de lavarlo. Luego lo cocemos de la misma manera.
Recetas con mijo:
¡Disfruta del mijo en todas las recetas posibles!
¡Qué aproveche!
Mentxu da Vinci
Naturópata, Coach para Adelgazar y Aprendiz de cocinera bloggera – Te enseño a crear hábitos saludable en tu Vida