¿Te has encontrado alguna vez con una ansiedad irrefrenable por comer unas pastas con crema?¿..o una pizza? ¿…o unas patatas fritas?
¿A veces sientes que pierdes el autocontrol ante ciertos alimentos que consideras placenteros y a la vez prohibidos por que engordan, o porque no son sanos?
¿Te gustaría saber porque esto es así? …en este artículo hallaras respuestas de por que se origina esta conducta, y aún más importante te ofrece soluciones que te ayudaran a reducir la compulsividad por la comida.
Cuando deseamos comer unos pastelillos de chocolate por ejemplo, de manera ansiosa y morbosa, la mejor manera de hacer que ese deseo descienda, es simplemente satisfaciéndolo de una manera más controlada, es decir haciendo que se convierta en una posible elección voluntaria.
Muchas veces las dietas restrictivas para adelgazar pueden llegar a producirnos este tipo de ansía por alimentos que engordan, ya que nos los prohibimos, y justamente es ahí donde empieza a crecer el deseo nocivo por ese tipo de alimentos.
Te propongo un ejercicio mediante el cual reducirás el deseo de comer compulsivamente, y recuperas tu autocontrol
Primer paso: permítete imaginar por la mañana, cada día a la misma hora, y de forma voluntaria los alimentos que más te agradan y cómo los vas a comer en el ambiente más agradable y de forma relajada. Déjate transportar por las sensaciones placenteras que surgen, de hecho permítete sentirlas, para luego escoger que comer a lo largo del día. Pregúntate: ¿Qué es lo que más me gustaría comer hoy?¿Cuál sería el modo más agradable de comer los alimentos que he escogido?¿Con quién resultaría más agradable hacerlo?
Luego durante el día:“Come sólo y únicamente lo que más te guste. Solo y únicamente en las cuatro comidas: desayuno, comida, merienda y cena. Nada entre comidas. Cada vez que comas algo fuera de las horas programadas deberás comer cuatro veces este alimento, ¡ni una más ni una menos!”
Otro punto importante a tener en cuenta, es que la búsqueda de la calidad en el placer nos ayuda gestionar el control de la cantidad. Es decir cuánto más placer relacionemos con aquello que comemos menos será la cantidad que comamos. Esto es así porque no sólo eliminamos la frustración producida por la limitación de ingerir los alimentos que se consideran sanos por ser dietéticos, sino que tenderemos a la degustación de lo que más nos gusta, y como degustación, si exageramos en la cantidad invalidamos el placer de la calidad.
Como resultado de seguir este ejercicio, las peligrosas tentaciones alimentarias se convierten en una posible elección voluntaria, y no ya en una pérdida del autocontrol. Una comportamiento que nos habíamos negado de manera férrea, se convierte en una posible opción a considerar. Esta decisión implica pasar del miedo a perder el control por cierto tipo de comida, a planificar cómo entregarnos de manera voluntaria al placer de comer aquello que deseamos, y de esta manera es cuando empezamos a asumir el control sobre aquello que podría llevarnos a ceder.
¡Atrévete a realizar el ejercicio! notarás de modo sorprendente cómo disminuyen tus irrefrenables deseos alimentarios y que los alimentos antes anhelados por el hecho de haber estado prohibidos siguen siendo deseables, pero ya no suponen un trastorno.
Directora de Armonia Corporal
2 respuestas
¡Hola! He aterrizado en tu web buscando información sobre batidos verdes y he acabado leyendo este artículo con el que me siento identificada en algunos malos hábitos con comidas poco saludables que me gustan. Me gustaría entender bien el ejercicio que propones porque no me queda del todo claro, en concreto este paso:
«Come sólo y únicamente lo que más te guste. Solo y únicamente en las cuatro comidas: desayuno, comida, merienda y cena. Nada entre comidas. Cada vez que comas algo fuera de las horas programadas deberás comer cuatro veces este alimento, ¡ni una más ni una menos!»
Imagina que me gusta la pizza ¿¿debería comer pizza durante todo el día en las 4 comidas?? Si como algo diferente fuera de esas 4 comidas entonces ¿tengo que comer 4 días pizza? Disculpa mi ignorancia, supongo que lo que he entendido es totalmente erróneo así que me encantaría conocer mejor lo que quieres decir en este punto. ¡Gracias!
Hola Laura,
Este ejercicio está diseñado para que tomes las riendas de lo que comes. En vez de pensar que no puedes comer pizza por que engorda, y como te la has prohibido aún aumenta más tu deseo, se trata de que a primera hora del día decidas que comer, que es lo que más te apetece, con que te sentirás mejor, y no sólo eso también con quién lo comes. Si realmente quieres comer pizza en el desayuno, en la comida, en la merienda y en la cena, hazlo. El permitírtelo le quitará la patina de deseable.
Luego, en la parte del ejercicio que dice que si comes entre horas comas lo mismo 4 veces, quiere decir que si comes una madalena entre horas, debes de comerte 4. O si comes un cuarto de pizza, debes comerte 4 trozos de pizza. Normalmente la obligación de comer 4 trozos más nos suele generar el tiempo y el espacio interno suficiente para saber si realmente quiero comer ese trozo de pizza, o es puramente hambre emocional. Eso, y saber que en un rato vas a comer (recomiendo que hagas 4 o cinco comidas diarias), suele hacer caer en picado nuestras ansías por comer.
Puedes leer más sobre como gestionar el hambre emocional en otros artículos de mi blog.
Un saludo, y si tienes alguna otra consulta estaré encantada en atenderte,