“No aceptes lo habitual como cosa natural.
Porque en tiempos de desorden,
de confusión organizada,
de humanidad deshumanizada,
nada debe parecer natural.
Nada debe parecer imposible de cambiar.”Bertolt Brecht
Fiestas, como las navideñas, son en ocasiones sinónimas de grandes ágapes, y nos encontramos delante de mesas repletas de ricos y abundantes manjares a nuestra disposición. Pero no es necesario acabar con todo, ni tampoco sentirse culpable, la Clave está en aumentar nuestro bienestar para disfrutar de estas fiestas.
Te propongo dos prácticas basadas en el coaching para adelgazar y en el mindfulness que te serán de gran utilidad para evitar comer en exceso:
Práctica primera: “Ir a favor de tu cuerpo, no en su contra”
Para esta práctica deberemos crear una relación nueva con nuestro cuerpo, un cuerpo sabio al que apreciamos y que sabe como nutrirse sabiamente, sostener nuestras Vidas y sabe lo que necesita comer en cada momento.
Este cambio es primordial y cambia completamente la perspectiva con los alimentos, al otorgarle la inteligencia que merece al cuerpo, vamos a preguntarle que es lo que necesita para disfrutar en cada momento. Para realizar esta práctica debemos estar calmados, serenos, y conectados con nuestro centro por lo que irá bien haberse regalado unos minutos de meditación o de mindfulness. Así nos cercioraremos que lo que nos apetece no es ansía por algún alimento provocado por nuestro hambre emocional. Deja que sea tu cuerpo el que te guíe con su sabiduría, pregúntale que necesita y escúchale, el cuerpo no bebe si no tiene sed, lo mismo ocurre con los alimentos.
Imagina jugar en el mismo equipo, tu cuerpo, tu mente, tus emociones y tú con el mismo propósito: ¡Cuidarte!. Es de lógica que si nos cuidamos no iremos a sobrecargar nuestro cuerpo.
Práctica segunda: “Focalízate en sentirte bien”
Cuando llegan estas fiestas, uno ya está imaginando que probablemente comerá en exceso, culpabilizándose, y probablemente si se piensa eso, puede que acabe ocurriendo. Hay que cambiar eso de raíz: imagina que quieres disfrutar y sentirte bien antes, durante y después de las fiestas y no solo cuando estás comiendo. Vamos a focalizarnos en lo que nos hace sentir bien y que no sea únicamente comer, disfrutar de la familia y amigos, degustar cada bocado en paz y relajados, hacer actividades con nuestros hijos, regalarnos un masaje, pasear por la montaña, reír, relajarnos,… Crea tu lista de pensamientos, y actividades que te hacen sentir bien. Te dejo uno de mi repertorio por si te sirve de inspiración:
Cuando uno se siente bien no le da por comer de manera descontrolada o compulsivamente.
No te sientas obligado a hacer nada que no quieras, no tienes que reír si algo no te hace gracia, debes de ser tu mismo y hacer todo lo posible por sentirte bien y lo mismo ocurre con los alimentos, no debes comer por obligación ni tienes que probarlo todo, decide comer lo que a tu cuerpo le hace más feliz, tu cuerpo es sabio.
Conclusiones
Ama tu cuerpo, escúchale y céntrate en disfrutar de la gente y de esos momentos, son las claves para unas navidades sin excesos… ¡Feliz Navidad!
Gracias por leerme,
Mentxu da Vinci
Naturópata, formadora, escritora, practicante de Mindfulness, te entreno para crear hábitos saludables en tu Vid
2 respuestas
Mentxu, me ha encantado este artículo. Muchas gracias por escribirlo, me gusta porque es aplicable a muchas otras situaciones; por ejemplo, cuando vamos a una boda, otro tipo de celebración, o a una fiesta de otro tipo donde nos reunimos muchos y con mucha comida y bebida variada. Es maravilloso saber que no tenemos que atracarnos de comer y acabar el día con el estómago pesado y llena de remordimiento, es maravilloso saber que podemos comer lo que nos guste, sin tener que comer de todo en gran cantidad, es maravilloso saber, que nuestra mente y nuestro cuerpo están jugando en el mismo equipo, en el equipo que va a CUIDARSE y RESPETARSE, disfrutando de la conversación, de la música, de las risas, del sabor de la comida, de su olor…., sin culpabilizarnos por estar haciéndolo.
Este artículo me gusta especialmente porque este día de San Valentín he sido sorprendida por mi marido con una noche en un hotelito precioso de Portugal, en el que por supuesto el desayuno era abundante y con los manjares más maravillosos que pueden imaginar: café de excelente calidad, yogures de varios sabores, cantidad de frutas distintas en almíbar y naturales, embutidos de todo tipo, varios tipos de queso, dulces caseros con miel, con cabello de ángel, panes variados con semillas, blancos, calentitos recién hechos, aceite de oliva virgen extra de su propio molino, mermeladas caseras, mantequillas, zumos mil…..
Pues bien, después de ver todo esto, pensé que el hotel era precioso y que desde mi mesa podía observar el precioso patio de naranjos que iluminaba la mañana lusitana mientras degustaba en primer lugar un kiwi y una naranja, lentamente respirando y disfrutando. Pasado un ratito y mientras mi amor devoraba unos cruasanes con mantequilla, me tomé plácidamente un café con una tostada de aceite de oliva virgen extra. Me encantó salir del hotel ligera, sin remordimientos y preparada para un paseo por la ciudad sabiendo que esa comida no iba a ser la última de mi vida, que podré volver a estar en esa situación, que de repente no van a desaparecer los «manjares» del mundo, que siguen ahí por si algún día quiero tomar alguno. Pero ahora es tiempo de CUIDARME y respetarme, cuando consiga mis objetivos Dios dirá quizá me tome algún cruasan o quizá no, todo está en mí, en saber que tengo el poder y puedo decidir qué hago para encontrar y mantener mi ARMONÍA CORPORAL ( y espiritual)…. Gracias Mentxu.
Hola Ana,
Muchas gracias por compartir tu experiencia. Estás haciendo grandes avances ya que estás marcando las bases de lo que será tu estilo de Vida. Estoy con ganas de recibir tu mail semanal.
UN fuerte y cálido abrazo, y deseándote de corazón el mayor de los éxitos,