Cuentan que una hija se quejaba a su padre sobre su vida y de cómo todo le parecía todo tan complicado. No sabía como para dar el siguiente paso. Estaba cansada de no parar de hacer cosas y de luchar. Pensaba que era mejor claudicar. Sus problemas y su lista de cosas pendientes no parecía tener fin.
Su padre, un chef, la llevó a su cocina, diciéndole que observara en silencio. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego. En una echó zanahorias, en otra puso 3 huevos y en la última vertió un puñado de té. Y dejó que hirviera el agua junto con los ingredientes.
La hija esperó impacientemente. Pasados 15 minutos el padre apagó el fuego. Extrajo las zanahorias y las puso en un tazón, a continuación sacó los huevos y los dejó sobre en plato. Por último, coló el té y lo vertió en una taza.
«Hija mía, ¿Qué ves? – le preguntó su padre»; «Zanahorias, huevos y café»-contesto ella-. Luego le pidió que tocara las zanahorias, ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo cascara. Tras sacar la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el té. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.
Humildemente la hija preguntó: – «¿Qué significa esto, padre?» Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte y dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había puesto débil, y con facilidad para deshacerse. El huevo había llegado al agua vulnerable y frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de hervirlo, su interior se había endurecido. Los granos de café, sin embargo eran únicos: después de estar en agua hirviendo, habían cambiado el agua. «¿Cuál eres tú, hija?, Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿Cómo respondes?«, le preguntó a su hija.
¿Eres como una zanahoria que parece fuerte pero cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres como un huevo, que comienza con un corazón maleable y un espíritu fluido, pero después de una situación conflictiva como un muerte, una separación, o un despido te vuelves rígida y áspera y sientes tu corazón endurecido? ¿O eres como el té? El té transforma al agua hirviendo, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el té alcanza su mejor sabor.
Si eres como el té, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas en forma constructiva, sin dejarte avasallar y haces que las cosas a tu alrededor mejoren, sabes que a pesar de adversidad siempre hay una salida, una luz que ilumina tu camino y el de la gente que te rodea. Contagias con tu fuerza y bienestar el «dulce aroma del té».
Reflexión:
- ¿Cómo atraviesas una situación dificil?
- ¿Cómo quieres atravesar una situación conflictiva?
- ¿Qué recursos vas a activar para lograrlo?
Gracias a la programación neuro-lingüística y al coaching, aprendes estrategias para, ser consciente de tus patrones de conducta, “reprogramarte” de manera consciente, y mejorar así la calidad de tu Vida.
Gracias por leerme,
Mentxu da Vinci
Coach para Adelgazar, Tratamiento de desórdenes alimenticios que provocan sobrepeso, y disminución de la ansiedad.
2 respuestas
me parece maravilloso y muy sabia esta historia,para uno y para enseñarsela a nuestros hijos.
Magnífica reflexión!!! Me acordaré cada día a la hora del té ☕️. Gracias