En la vida real, esta cita no siempre parece ser cierta. Cuando estás luchando contra la depresión o la ansiedad intensa o ya estás a medio camino abusando de la comida o con esa botella de vino, puede parecer que no había otra opción allí. Podemos estar tan condicionados, tan habituados a caer en nuestro mal hábito que creamos erróneamente que no podemos hacer nada al respecto.
El neurólogo, psiquiatra y filósofo Viktor Frankl, autor de esta frase motivadora, nos recuerda que hay un espacio de LIBERTAD para elegir nuestra respuesta.
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Podemos reaccionar activando el piloto automático y realizar una y otra vez las mismas acciones cuyo resultado realmente no deseamos, creyendo, de manera victimista que no tengo otra opción. O podemos hacer caso de un brillante neurólogo y nuestra experiencia de vida, para darnos cuenta de que en vez de reaccionar podemos ELEGIR NUESTRA RESPUESTA.
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Puedes elegir, podemos elegir, puedo elegir. Elegir que hacer, que pensamientos cobijar y alimentar, elegir que Ser.
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Cuestionar tus pensamientos, liberarte de hábitos destructivos no siempre es un camino fácil, pero cómo en cada camino lo importante es dar el primer paso y buscar la ayuda y los recursos necesarios para reconocer ese espacio en el que abrazas y recuperas tu libertad y tu poder.