Me gustaría explicaros la historia sobre un picapedrero que se suele explicar en talleres de crecimiento personal, esta historia dice así.
A un buen picapedrero, le encargaron desmenuzar una enorme piedra. Él provisto de su martillo, empezó a golpear la gran roca, con fuerza, no una, ni dos, sino 200, 300 veces, y no consiguió ni arrancar una esquirla.
El continúa golpeándola, la gente que pasa a su lado se burla de su persistencia,
porque no aprecian ningún resultado visible, el sigue martilleándola con fuerza
500, 600 veces, hasta que cuando ya lleva 808, la enorme roca se divide en otras más pequeñas.
¿Crees que el último golpe ha sido el golpe que ha hecho que la roca se rompiera?
¡Por supuesto que no!, ha sido la presión constante y continua que ha aplicado a la situación a la que se enfrentaba.
Para conseguir que los cambios deseados se materialicen en nuestra vida, han de ser duraderos y consistentes. Los cambios cuando son pasajeros nos llevan a sentirnos tristes y desengañados al final. Por ejemplo, muchas personas renuncian a iniciar una dieta, fundamentalmente porque, inconscientemente, saben que el gran esfuerzo que tendrán que realizar solo le dará frutos a corto plazo.
Para conseguir que este tipo de cambios se conviertan en nuevas pautas en nuestra vida, debemos sentir que adelgazar es una prioridad en nuestra vida, ya que si no ante cualquier imprevisto, nuestras buenas intenciones se irán al traste.
Un buen picapedrero sabe su trabajo y sabe donde hay que picar para que la piedra ceda.
..Y hacer como el picapedrero ser constante, y persistente.
Un comentario
Excelente articulo!!