Uno de los principios centrales del budismo es la impermanencia, todo en nuestro mundo es cambiante, nada se mantiene de manera permanente.
El budismo hace especial hincapié en tomar conciencia de esta realidad cambiante. Nuestras ideas de cómo son las cosas nos hacen vivir la ilusión de que las cosas son estáticas, invariables, y nos apegamos a pensamientos tales como: lo que tengo es mío y me pertenece; este es mi carácter, soy así y no lo puedo cambiar; para sentirme satisfecha necesito comer dulces;… Podríamos seguir con infinidad de ideas «permanentes» que están ancladas en nuestra mente y que nos producen una falsa sensación de seguridad: «sabemos quién somos y qué queremos en nuestras vidas», todo parece mantenerse seguro y controlado hasta que la vida nos sorprende cambiando, siempre lo hace.
Estas anclas no son más que los apegos de nuestra mente, son la única razón por la que sufrimos. A través de técnicas como el mindfulness practicamos centrándonos en el momento presente y dejamos ir nuestros pensamientos, pacientemente, sin luchar, sencillamente dejamos de prestar atención a nuestros pensamientos para abrir la puerta a la realidad presente, única e irrepetible.
Ahora es tu único momento, tu única oportunidad de aceptar el cambio, es AHORA. Tú no eres tus ideas, tú no eres tu peso, tu no eres tus hábitos, tu no eres nada de lo que crees que eres. Solo eres, viviendo este momento. Deja ir tus rígidas ideas para experimentar el mar de posibilidades que te proporciona la vida.
Una opción al apego, es el permitirte disfrutar de lo que la Vida te presenta en cada momento, aceptando, experimentando, integrando y posteriormente soltando las experiencias que se nos presentan. FLUIR.
A mi modo de ver el liberarte del apego no es desprendernos de lo material, no es el no comprometernos con nuestras parejas u otras personas. Para mi liberarme del apego significa que no me es necesario aferrarme a cosas, situaciones o personas por miedo a que desaparezcan de mi Vida, para mi es confiar que la Vida me ofrece en todo momento aquello que le pido y que necesito, es reconocer que todo cambia, que nada permanece.