¿Te Defiendes a Ti Misma?

¿Dices lo que realmente sientes que quieres decir, lo que tu corazón te dicta para conseguir lo que quieres y necesitas?

¿O prefieres quedarte callada? pero, ¿Qué sientes cuando te quedas callada? ¿Miedo? ¿Inseguridad? ¿Frustración por no expresar lo que piensas?¿Rabia?¿Tristeza? Y, ¿a qué te lleva?¿Te evades? ¿Comes de más? ¿Te quedas compadeciéndote de ti en un rincón?

En las sesiones de coaching, estas situaciones son comunes cuando las personas intentan mejorar sus vidas.

Podría ser en el trabajo, donde te sientes merecedora de un aumento, pero te cuesta hablar con tu jefe sobre ello.

Podría ser en amistades en las que siempre estás dándolo todo, pero a las que intentas no pedirles nunca nada.

O quizás en tu vida personal, donde deseas cambios pero aún no has tomado acción para lograrlos.

¿Te suena familiar? ¿Te encuentras en una situación en la que deseas un cambio positivo pero no has dado el paso para hacerlo realidad?

¿Y cómo te hace sentir eso? ¿Qué te detiene a hablar y defender tus derechos?

Quizás…

¿Miedo a las consecuencias? ¿a lo que los demás piensen?¿al rechazo? ¿a lidiar con conflictos? ¿sientes que está fuera de lugar pedir lo que necesitas? ¿crees que te van a valorar sin necesidad de pedirlo? ¿temes fracasar? ¿sientes que «no puedes»? ¿crees que los demás deberían darse cuenta de lo que necesitas sin tener que pedirlo?

¿O simplemente no te diste cuenta de que tienes derecho a pedirlo? Si tomas consciencia de que PUEDES, podrías generar un cambio positivo para ti y obtener lo que deseas y necesitas.

Defenderte y protegerte a ti misma es una de las herramientas más poderosas que puedes dominar

Te otorga las riendas de tu vida. Solo tú sabes lo que realmente quieres y necesitas. Y ahora, te atreves a comunicarlo, te atreves a poner limites. Se trata de que puedes pedir con amabilidad, persistencia y firmeza. Luego haces un balance, y reenfocas, si es necesario, hasta que lo consigas.

Y si no lo logras, al menos lo intentaste. No siempre tenemos éxito en todas las situaciones y, a veces, retirarse es lo mejor para encontrar el lugar adecuado para nuestros deseos y necesidades. En este caso, retirarse es tu decisión; es decir, sigues al mando.

Retirarse, estudiar la situación, y buscar una mejor manera de abordarla. Estás tomando tus propias decisiones, tu tienes ese poder.

Cuando piensas en algo que deseas o necesitas en tu vida, ¿Cómo te sientes al defender tus intereses? ¿Qué surge cuando consideras esa posibilidad? Si encuentras obstáculos, ¿de dónde vienen y cómo puedes superarlos? Y si nunca habías pensado en hablar, preguntar y defender tus intereses, ¿Qué tal si lo pruebas?

El término «grasa emocional» se refiere a la tendencia de algunas personas a ganar peso debido a la ingesta excesiva de alimentos como una respuesta emocional. Esta ingesta puede estar motivada por el estrés, la ansiedad, la tristeza, la soledad o incluso el aburrimiento. Comer en exceso puede ser una forma de «falso alivio» o un mecanismo para manejar emociones difíciles.

Recuerda, cuando defiendes tus intereses y te proteges a ti misma, esa grasa emocional que tenía un papel protector se disuelve con mayor facilidad. De hecho, ya no necesitas comer de más. Las sesiones de coaching pueden ayudarte a descubrir y fortalecer esta habilidad, permitiéndote vivir una vida más plena y satisfactoria.

Compartir...

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Apúntate aquí abajo para descargar mi guía de 5 pasos, además de recibir correos motivadores y  pertenecer a una tribu de gente que disfruta de comer sanamente.

Para cumplir con el RGPD (Reglamento General de Protección de Datos) y entender que tus datos están seguros, debes leer y aceptar la política de privacidad. Tus datos serán guardados en GetReponse proveedor de email marketing. GetReponse también cumple con el RGPD, así que todo está protegido y amparado por la ley

Última llamada para mejorar tu relación con la comida

«El Método Da Vinci comienza pronto. ¡No te quedes fuera!»