El perfeccionismo genera ansiedad, y esto hace que a unos les dé por comer como limas, y a otros se les cierra el estómago; por lo que se le suele relacionar con trastornos como la bulimia, la anorexia, la ansiedad y la depresión.
Querer ser un «superhombre» o «una supermujer» perfectos, en que lleguemos a todos lados, y todo lo hagamos bien, crea un gran sentimiento de autoexigencia. La autoexigencia no nos lleva a la excelencia, nos lleva a sentirnos cabizbajos, deprimidos e insatisfechos con lo que hacemos, por que queremos que todo este tan perfecto que es imposible, nos hundimos si nos equivocamos, y vivimos en pos de los resultados, olvidándonos de disfrutar del camino.
Nos sentimos bien al lograr nuestros objetivos, pero mal si no los alcanzamos, porque en este caso hay una relación entre nuestra autoestima y nuestra capacidad de conseguir cosas; de alguna manera la persona perfeccionista se siente bien en función de los resultados obtenidos, y se olvida de disfrutar del camino.
Perfeccionismo versus Excelencia
La diferencia entre perfeccionismo y excelencia, es que el perfeccionismo cómo hemos visto nos puede llevar a mermar nuestra salud por las dosis de ansiedad que nosotros mismos generamos, vivimos infelices en pos de resultados espectaculares. La excelencia es una camino de mejora constante, en que la persona se sabe consciente que es natural aprender de nuestros errores, y uno de sus objetivos es vivir lo más en paz, y armonía posible.
De la perfección a la excelencia
- Aceptarte tal y como eres. Una vez nos aceptamos como somos, podemos comenzar a trabajar y hacer lo necesario para tomar las riendas de nuestra vida, e iniciar un estilo de vida más equilibrado y gozoso.
- Darte permiso para equivocarte sin castigarte, ni torturarte. Tomar consciencia que aprendemos de nuestros errores, de que son necesarios para nuestro aprendizaje.
- Diseñar metas alcanzables, sin crearte presión extra.
- Felicítate y recompénsate por cada pequeño avance. Por ejemplo, si quieres adelgazar, recompénsate con un masaje por cada etapa semanal conseguida.
- Haz que tus decisiones diarias, te lleven a disfrutar de una vida más sencilla.
- Dáte la oportunidad de nos ser perfecto, y respira tranquilo
«Quién con perspicacia declara su limitación, se halla muy cerca de la perfección.» Goethe