Un día de intenso calor veraniego, un perrito iba deambulando buscando refugio del Sol, con algo de esfuerzo consiguió meterse por la rendija de una puerta de una casa abandonada. El perro subió despacio y con cautela las viejas y polvorientas escaleras. Cuando llegó al piso de arriba, se coló en un cuarto. Al entrar, quedó sorprendido cuando se dio cuenta de que había más de mil perritos mirándole con tanta atención como él los miraba a ellos.
El perrito empezó a mover la cola y a levantar sus orejas poco a poco. Los 1000 perritos reaccionaron inmediatamente haciendo lo mismo. Luego les sonrió y les saludó ladrando con alegría. El perrito se quedó gratamente sorprendido al ver que los 1000 perritos también le sonreían y le saludaban ladrándole con alegría. Cuando salió del cuarto pensativo reflexionó: ¡Que lugar tan agradable! ¡Voy a venir a esta casa más a menudo!
Al cabo de una semana, otro perro entró en la misma vivienda y entró en la misma habitación. Pero a diferencia del primero, este perro al ver a los otros 1000 perros del cuarto se sintió en peligro, ya que lo estaban observando de manera agresiva.
Ante lo cual, el perro reaccionó gruñendo y ladrando; inmediatamente los 1000 perritos empezaron a ladrarle y a gruñirle. El atemorizado perro salió de la estancia pensando que nunca jamás volvería a entrar en esa casa horrible y mucho menos en ese cuarto lleno de perros amenazadores.
En la parte delantera de la casa colgaba un cartel algo destartalado en el que se leía: “La casa de los 1000 espejos”
Este cuento lo encontré navegando por la red, y no se citaba al autor.
Ciertamente “No somos responsables de la cara que tenemos, pero si somos responsables de la cara que ponemos”. Es decir, tu actitud determina la actitud de las personas con las que te relacionas… En una misma circunstancia unos ven problemas agobiantes y otros observan la amplia gama de probabilidades que se nos ofrecen para experimentar, descubrir y disfrutar.
En cualquier actividad, ya sea conocer a otras personas, realizar nuevos proyectos, hacer deporte, comer de manera saludable o cualquier otra que signifique expandir nuestro territorio conocido, la actitud marca la diferencia y la actitud es algo que solo depende de ti.
Si le sonríes a la vida, la vida te sonreirá.