Tengo 46 años. Trabajo en farmacia. Arrastro este problema alimenticio desde siempre, no sabría decir cuando empezó.

El día que llamé a Mentxu da Vinci, estaba realmente asustada. Las palabra bulimia, adicción, me aterrorizaban, las evitaba. Sabia que habia un problema. Trabajo rodeada de medicamento, se lo que los médicos recetan.

Poner un parche es fácil, pero no efectivo. La solución estaba en mi, era yo la única que podía remediar mi situación. Pero necesitaba ayuda. La tarjeta de Armonía Corporal llego a mi por casualidad. Me decidí a llamar, fue una llamada de auxilio, pero la respuesta fue inmediata.

Durante las visitas empiezo a confirmar todo aquello que había estado evitando. Que como emocionalmente, devoro, no saboreo, nunca es suficiente y cuando se esta acabando empiezas a sentir angustia y te dices, puedes seguir comiendo, en el gimnasio lo quemare, estoy ovulando….o lo peor de todo ya lo vomitare. Es una rueda, porque a los minutos te sientes peor y empiezas de nuevo.

El azúcar era mi mundo. Desde que era un bebe me ponían azúcar para consolarme, celebraciones, azúcar, premios azúcar…..todos mis momentos felices son dulces. Con el tiempo mi gran consuelo. Era mi Prozac, mi saco de penas. Pero en que repercute, la satisfacción es momentánea, hay picos constantemente, tienes la necesidad de mas, ansiedad, malas relaciones con tu entorno, problemas dentales, ovulaciones irregulares, depresión. Ir a comer o tomar algo con amigos era un problema, no me centraba en una conversación, mi centro era el dulce.

Después de empezar las sesiones con Mentxu, tome 4 decisiones, dejar el azúcar, café, te y trigo. Carne y lacteos no como hace años

Mi objetivo era dominar la situación y tener una alimentación equilibrada. No era perder kilos (que me sobraban), era poder decir no hasta aquí he llegado. Ahora decido yo.  Las sesiones de coaching y los módulos me ayudaron a conseguirlo, y además perdí varios kilos que no recupero desde hace meses.

Tenia tan claro que no quería seguir así que eso me sirvió de motivación para seguir adelante. Hoy por hoy, mi relación con los demás y sobre todo conmigo misma es equilibrada y feliz.

No tengo mas que dar las gracias

Txus