La fácil digestión de las patatas, unida al poder alcalinizante de las espinacas, neutraliza el exceso de ácido en el intestino y previene trastornos digestivos.
El ajo aporta un chute de alicina con acción antiviral, antifúngica y antibacteriana, depurando metales pesados y reforzando tus defensas naturales.
Las espinacas son ricas en proteínas y ayudan a fortalecer el sistema nervioso.
Ingredientes (1-2 raciones):
- 200 g de espinacas frescas (o 1 bolsa de 200 g de espinacas congeladas, ver nota)
- 2-4 patatas medianas cocidas al vapor y troceadas
- 2 cdas de pasas
- 2 cdas de piñones
- 2 dientes de ajo picados fino
- 1 cdita de tomillo seco (o 1 cdita fresco picado)
- Pizca de sal marina
- Pimienta negra recién molida al gusto
- 1/2 cda de aceite de oliva virgen extra

Elaboración:
- Dora los piñones en una sartén a fuego medio–bajo, removiendo sin parar para que no se quemen. Reserva.
- En la misma sartén, calienta el aceite y añade el ajo picado. Saltea 30 s, cuidando que no se tueste en exceso.
- Incorpora las pasas y el tomillo, remueve 1 min para que se hidraten ligeramente.
- Sube el fuego, añade las espinacas y saltea 2–3 min hasta que se marchiten (si usas congeladas, espera a que suelten el agua y evapore casi por completo).
- Agrega las patatas al vapor, mezcla con cuidado para no romperlas y calienta todo junto 1–2 min.
- Retira del fuego, ajusta de sal y pimienta, y espolvorea los piñones tostados por encima.
Notas:
- Espinacas congeladas: descongélalas y escúrrelas muy bien antes de saltear para evitar exceso de agua.
- Patatas ya cocinadas: si las tienes hechas de antes, esta ensalada se prepara en un periquete, solo caliéntalas con las espinacas y ¡listo!
