¿Vas corriendo de un lado al otro haciendo cosas?
¿Tienes dificultad para relajarte?
¿Te ocupas de muchas cosas y te dejas para lo último?
En una verde montaña de Euskalerria habían dos leñadores cortando árboles. Aitor trabajaba sin descanso, de manera inagotable talaba y talaba árboles. Al caer el día, hacía recuento de los árboles abatidos, y no había cortado para su desdicha ni la mitad que su compañero Isidro.
Isidro se tomaba descansos de vez en cuando, sentándose tranquilamente debajo de un árbol.
Aitor no entendía porque él que trabajaba sin parar y obtenía menos resultados. Entonces le preguntó a Isidro:
-«Cómo es que descansas más veces que yo, y cortas más árboles? ¡No logro comprenderlo!
Isidro, le miró a los ojos con una media sonrisa compasiva, y le contesto:
-«Es muy sencillo, mientras descanso… ¡afilo el hacha!»