El hecho de comer compulsivamente se relaciona frecuentemente con un nivel alto de ansiedad. Se siente  ansiedad, Se pierde el control, se come de más, se suele engordar, aparecen sentimientos de culpabilidad, se busca comer menos para adelgazar, o realizar alguna dieta estricta, aparece la  ansiedad, se pierde el control con la comida…

Por esa razón, lo primero que se tiene que intentar descubrir si se emprende una terapia efectiva,  es el origen de esa ansiedad. Ése es el problema de fondo y la ingesta compulsiva sólo es el síntoma más visible.

Dependiendo de la gravedad de la situación, se recomienda que se visite a  un terapeuta especializado.

 

Solución paso a paso


  1. Primero tendrías que intentar regularizar tus hábitos alimenticios, lo que significa realizar las comidas (desayuno, comida, merienda y cena) siempre a la misma hora sin saltarte ninguna.
  2. Comer tranquilamente sin hacer otras cosas al mismo tiempo, poniendo tu conciencia en el acto de comer, al masticar, notando los sabores, observando los colores, la textura de los alimentos, el aroma…
  3. Identificar qué tipo de alimentos se tienden a consumir de manera compulsiva, y comprarlos en menor cantidad. La cuestión no es dejar de comer absolutamente estos alimentos, ya que un control desmesurado facilita muchas veces que más tarde se produzca el descontrol, sino permitirse después de las comidas principales algún capricho de este tipo. Procura tener pocos dulces a tu alcance y al comerlos procura hacerlo lentamente y saboreando, pues la ingesta compulsiva se caracteriza por ingerir con rapidez y sin degustar los alimentos.
  4. Observar en qué momentos del día o ante qué tipo de situaciones suelen despertarse estas ansias por comer. Es muy importante aprender a diferenciar lo que es la sensación de hambre y la ansiedad, y buscar estrategias que nos permitan hacer frente a esas ansias. En muchos casos suele ser de utilidad aprender métodos de relajación y respiración.
  5. Incorporar alternativas capacitadoras que se puedan llevar a cabo en los momentos que empezamos a notar la  ansiedad:  telefonear o quedar con una amiga, bailar, salir a dar un paseo, beber agua, darse un baño… Estas conductas alternativas, por lo tanto, se harían en lugar de comer compulsivamente.

Cuando el hábito está muy instaurado, es conveniente consultar con un terapeuta especializado, para de esta manera nos ayude a descubrir el origen del trastorno, nos enseñe a manejar la ansiedad y  nos facilite el proceso de instaurar esas alternativas capacitadoras.

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3 respuestas

      1. Hola Yolanda, gracias por dejar tu comentario, te paso enlace de un artículo que escribí, en que explico un ejercicio que te puede ayudar: cómo calmar la ansiedad.
        El secreto es realizar el ejercicio, al menos tres semanas.
        Depende del grado de ansiedad que tengas quizás necesites que un terapeuta te facilite este proceso, si es así puedes escribeme un mail, o nos llamámos por teléfono y vemos cual es la mejor solución que se adapta a tí.
        Comentarte también que el 21 de febrero doy una conferencia: «Estrategias para disminuir la ansiedad» en la Sala Tecla en L’Hospitalet de Llobregat, a las 19:30h.
        Un fuerte abrazo,

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