Parte del proceso de tomar el control sobre lo que comemos, pasa por permitirnos comer lo que deseamos.

¿Es una utopia comer lo que deseamos y adelgazar?

Cuando nos permitimos de manera consciente comer lo que ansiamos, de alguna manera nuestro deseo inconsciente de «trangredir la dieta» desaparece, desaparece la prohibición, desaparece el deseo.

Normalmente nos apetecen alimentos «peligrosos» como por ejemplo dulces, o con salsas, o contundentes.  El miedo a permitirnos comer este tipo de alimentos es razonable, pero gracias a la psicologia moderna es fácil desmontar este temor, y en unos días uno se puede liberar de esa pauta que alguna de las veces nos lleva a comer mal, o en exceso cuando delante de una situación incómoda, nos descontrolamos con la comida.

Plan de acción para retomar el control

Durante los siguientes 15 días imagina por las mañanas antes de levantarte que es lo que realmente quieras comer, en el desayuno, la comida, la merienda y la cena. Imagina con placer que es lo que deseas comer, y por otro lado con quien deseas hacerlo. Es importante remarcar que no puedes comer entre horas, pero si lo que deseas en las otras 4 comidas.

Cómo resultado, si ansío comer chocolate, y me lo permito en las 4 comidas propuestas, cuando llegue la cena, mi necesidad de comer chocolate habrá disminuido notablemente. Cuando nos permitimos los alimentos prohibidos, pierden parte de su atractivo y ya no los deseamos tanto.

Gracias a este ejercicio, el hecho  de renunciar a las comidas no adecuadas,   ya no será un sacrificio, sino que sera parte del proceso de redescubrir cuáles son las comidas que realmente nos gustan más. Suele ocurrir entonces que de manera natural nuestras elecciones

Si estas en una fase inicial de sufrir esta problemática con la comida este ejercicio puede serte muy útil, si ya llevas un tiempo con esta patología, te recomiendo que contactes con un terapeuta especializado que te ayude a liberarte de este problema.

 «La única forma de librarse de una tentación es ceder ante ella. De resistirse, el alma enfermará anhelando aquellas cosas que se ha prohibido, deseando lo que sus monstruosas leyes han convertido en terrible e ilícito.» Oscar Wilde